Los nietos son el premio a la vejez.
Un bálsamo a nuestra vida.
Un pedacito del cielo; suaves, tiernos
y cariñosos.
Mis nietos lo son todo para mí.
Doy mi vida entera por cada uno de ellos,
iluminan mi mundo y me llenan de felicidad.
Ya sea que estén a nuestro lado, o que estén a kilómetros de distancia, los nietos siempre se encuentran cerca de nuestros corazones.
No hay nada como un nieto para dibujar
una sonrisa en tu rostro, provocarte un nudo
en la garganta y dar calidez a tu corazón.
Los nietos vienen a llenar un lugar
en nuestros corazones que no
sabíamos que estaba vacío.
Los abuelos y los nietos somos de dos
generaciones distintas pero nos comunicamos
con el lenguaje universal del amor.